Naturopatía

Cuando alguien pregunta y comentas que eres naturópata, mucha gente tiene ya una imagen (errónea) en la cabeza, desde los que piensan que eres una radical de la alimentación vegetal hasta los que creen que sanas invocando a los ángeles. Cierto que hay quienes van por vertientes extremistas como estas pero no es el caso de la naturopatía en sí.

Es difícil hablar del rol de la naturópata. Para empezar, hay muchos puntos de vista, dependiendo del tipo de naturopatía que se ejerza. Yo quiero hablar de la naturopatía en la que estoy enfocada.

Lo primero que debe saberse es que en la medicina natural no hay enfermedades, hay enfermas y por tanto cada persona tiene un cuadro único que debe tratarse de manera holística, como un todo, observando mente, cuerpo y emociones. Casi siempre la paciente llega a la consulta porque tiene problemas de salud, síntomas. Pocos son los que llegan a modo preventivo, algo esencial para mantener el equilibrio y fluir en el día a día.

Para mí una naturópata debe aportar las herramientas para que la mujer pueda:

– Eliminar malos hábitos tales como alimentación dañina, tabaco, exceso de alcohol, sedentarismo, estrés…

– Aprender hábitos beneficiosos tales como alimentación saludable, relajación, ejercicio adecuado a cada uno…

– Prevenir antes de enfermar o de empeorar.

– Autocuidarse mediante métodos naturales.

¿Y cómo colabora la naturópata en estos cambios? Son muchas las herramientas:

– Alimentación y nutrición: no solo el comer más sano, también es el tratar muchas dolencias y afecciones mediante la alimentación. Si se precisa se incluye suplementación natural, oligoelementos, etc.

– Herramientas de diagnóstico: kinesiología e iridología

– Terapias manuales: reflexoterapia podal, metamórfico, sacrocraneal, resonadores…

– Otras terapias de autocuidado: hidroterapia (duchas frías y calientes, baños de vapor, baños de pies, etc), fitoterapia (uso de las plantas en infusión, tintura, crema, etc), aromaterapia (uso de aceites esenciales)…

– Coaching: lo dejo como último, pero no menos importante, hay que conseguir que el cambio sea natural y llevadero para el paciente, que no se sienta presionado y sobrepasado por ello. Y sobretodo, hacer ver a la mujer que es ella la principal responsable de su salud y bienestar y de ella depende, en la mayoría de los casos, la mejoría.

Además, se pueden usar cromoterapia, reiki, shiatsu, técnicas de meditación… Ahí ya depende no solo del paciente si no también de la naturópata porque, como he comentado antes, cada persona es un mundo y se tiene que tratar su caso en particular con las herramientas más adecuadas.

Ya conocéis cómo funciona mi consulta de naturopatía. Espero poder acompañaros en vuestro camino hacia un equilibrio y bienestar físico, mental y emocional.